La cuarta revolución industrial es la revolución industrial tecnológica, pero a diferencia de la revolución anterior, en este contexto la tecnología persigue un propósito, persigue causar un impacto positivo en el mundo que habitamos.
Es así, y bajo esta afirmación que la tecnología ha desembarcado firmemente en la industria de la moda, y hoy podemos visualizar la incidencia que tiene en toda la etapa productiva. Pero a mi modo de ver, si tuviéramos que visualizar su mayor importancia la encontraríamos en los nuevos modelos de negocios.
De esta manera, la tecnología se presenta como una aliada de la industria de la moda, donde no solo persigue la optimización de recursos y ganancias sino que se presenta disruptivamente, conformando y desarrollando nuevos modelos de negocios.
Esto nuevos modelos pueden ser incorporados a sus negocios ya existentes por empresas establecidas y en marcha como así también utilizados desde su comienzo en start ups que forjen sus negocios de una forma innovadora.
De esta forma, encontramos el modelo pay per use o moda rentada, el cual parte de la base del alquiler de prendas y accesorios, para ser utilizados por los consumidores, durante un período de tiempo preestablecido y a cambio del pago de un fee determinado. Al vencimiento del mismo, el consumidor debe restituir el producto a la empresa, la cual deberá ponerlo en condiciones óptimas para ser utilizado por el próximo usuario. Este modelo de negocios se presenta como una forma apropiada para reducir el impacto de la compra excesiva en la industria, pero presenta el desafío de no ser aceptado por todas las generaciones de consumidores. Así, públicos mas jóvenes son menos permeables a ser el target de este tipo de modelo. Otro de los grandes interrogantes que presenta el mismo, es en materia sanitaria, puesto que las marcas deben garantizar y llevar a cabo todas las tareas de desinfección necesarias para que los productos no se configuren como vectores de enfermedades.
Otro modelo usado en los últimos tiempos en la industria es el de subscriptions o suscripciones, donde la moda emulando los modelos propios de la industria de entretenimiento, pone a disposición de los usuarios la posibilidad de suscribirse a plataformas desarrolladas a tal fin y accediendo, mediante la suscripción realizada (ya sea mensual, trimestral o anual) a la utilización de productos por un período de tiempo, restituyéndolos a su finalización y pudiendo retirar en préstamo nuevos y así de forma cíclica, mientras dure el contrato estipulado. Nuevamente la generación Z no se presenta como el público ideal de este modelo de negocios, pero la pandemia lo ha constituido como la forma de acercarse de los usuarios a marcas de accesorios del segmento de lujo.
Adicionalmente, encontramos las colaboraciones o collabs, en donde el modelo de negocios se presenta desde la asociación de marcas no competidoras, a los fines de ofrecer un producto específico de forma conjunta. Este modelo de negocios se está posicionando como una forma eficiente de hacer negocios en la industria actual, principalmente relacionada al segmento de videojuegos. Claro está que la industria de la moda ha estado cada vez mas interesada por “jugar” en este nuevo campo y a través de las colaboraciones ha podido presentar productos, por ejemplo, vía skins dentro de los videojuegos o en el mercado tradicional, a través de la colaboración de marcas con desarrolladores para la creación de productos vinculados a los videojuegos que sean lanzados al mercado. Este modelo se impondrá a futuro, consolidándose cada vez más en la industria, a medida que los videojuegos y la moda vayan afianzando su relación.
Por último, la tecnología acompaña y desarrolla los modelos basados en economía colaborativa o share economy, donde los consumidores, partiendo de una mayor conciencia ambiental, adoptan estilos de vida colaborativos y de esta forma se unen para compartir e intercambiar bienes. Prueba de ellos son las tiendas de prendas de segunda mano, que se manifiestan como una solución ante la problemática ambiental que presentan los productos en desuso.
De esta manera, podemos afirmar que la innovación y creatividad no solo debe estar en el producto en sí mismo. Los emprendedores en moda ahora tienen un nuevo desafío: aplicar la misma en los modelos de negocios a adoptar y los fashion lawyers debemos acompañarlos en esta nueva aventura.